A partir del 1 de septiembre de 1891, se estableció el Día Internacional del Criminalista en honor a Juan Vucetich, un investigador de policía de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Este inspector y científico desarrolló un procedimiento para identificar individuos involucrados en delitos utilizando sus huellas dactilares. El método dactiloscópico ayudó a resolver el caso de un triple homicidio de niños, ya que permitió identificar las huellas presentes en la escena del crimen. Además, logró evitar que una persona inocente fuera condenada injustamente al exponer y enjuiciar a los verdaderos culpables.
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